Una infección respiratoria se considera recurrente cuando se presentan 2 episodios (o más) en seis meses.
Estas infecciones pueden afectar diferentes partes del sistema respiratorio, como los senos paranasales, la garganta, la tráquea, los bronquios o los pulmones. Los síntomas típicos incluyen congestión nasal, dolor de garganta, tos, fiebre y dificultad para respirar.
En general, la mejor manera de ayudar a prevenir la transmisión de los patógenos causantes de las enfermedades respiratorias es evitar el contacto con gotitas o secreciones de saliva, mucosidad y lágrimas. Además de seguir las siguientes medidas:
Lavado de manos frecuente: Lávate las manos con agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente después de toser, estornudar o estar en lugares públicos. El lavado de manos es una de las formas más efectivas de prevenir la propagación de gérmenes.
Evitar el contacto cercano: Evita el contacto cercano con personas enfermas, así como besar, abrazar o estrechar la mano de alguien que esté enfermo.
Mantener la distancia: En situaciones de brotes de enfermedades contagiosas, mantén distancia física con otras personas y sigue las recomendaciones de salud pública.
Vacunación: Asegúrate de mantener tus vacunas al día, especialmente la vacuna contra la gripe. Las vacunas pueden ayudar a prevenir infecciones respiratorias graves.
Buena higiene respiratoria: Cubre tu boca y nariz con un pañuelo desechable o el codo al toser o estornudar. Evita tocarte la cara, especialmente los ojos, la nariz y la boca.
Ventilación: Mantén tu entorno bien ventilado. El aire fresco puede ayudar a reducir la concentración de patógenos en el aire.
Ejercicio regular: Mantenerse activo físicamente puede fortalecer tu sistema inmunológico y ayudar a prevenir infecciones respiratorias.
Dieta saludable: Consume una dieta equilibrada rica en frutas y verduras para obtener vitaminas y antioxidantes que respalden tu salud inmunológica.
Hidratación: Mantente bien hidratado para mantener las membranas mucosas saludables y prevenir la sequedad que puede aumentar la susceptibilidad a las infecciones.
Descanso adecuado: Duerme lo suficiente, ya que el sueño adecuado es esencial para un sistema inmunológico fuerte.
Reducir el estrés: El estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico, así que practica técnicas de manejo del estrés como la meditación y el yoga.
Al seguir estos consejos, puedes reducir significativamente el riesgo de contraer infecciones respiratorias recurrentes y mantener tu sistema respiratorio saludable. Si las infecciones persisten, consulta a un profesional de la salud para descartar condiciones subyacentes.
Bibliografía:
https://www.cdc.gov/es/disasters/diseases/respiratoryic.html